*Por: Carlos Sanchez Berzain
La Carta Democrática Interamericana es un “tratado
constitutivo” obligatorio para todos los Estados Miembros, no es una
declaración de intenciones
Al inicio del siglo XXI en las Américas solo existía la
dictadura de Cuba que se ha expandido en las dictaduras de Venezuela, Bolivia,
Nicaragua y Ecuador que recuperó la democracia. Los Estados de las Américas y
sus gobiernos tienen obligaciones internacionales para evitar y cesar
dictaduras, pero por sus acciones y omisiones, los líderes y gobiernos
democráticos de las Américas son responsables de la existencia y permanencia de
las dictaduras a costa de su propia seguridad e intereses nacionales.
Las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua
tienen presos políticos, exiliados, concentran todo el poder que ejercen por
medio de “terrorismo de Estado”, no celebran elecciones libres ni justas,
violan los derechos humanos, no tienen libertad ni de expresión ni de presa, no
tienen “estado de derecho”, no respetan la propiedad privada, han llevado a sus
pueblos a crisis humanitarias en los casos de Cuba y Venezuela y graves crisis
económicas y sociales en Bolivia y Nicaragua. Son narcoestados con sus
principales jefes señalados, acusados y requeridos como jefes e integrantes de
grupos criminales.
Esta realidad se presenta en una región que el año 1994 en
la Primera cumbre de las Américas decidió la democracia como fundamento de vida
y desarrollo y que el 11 de Septiembre de 2001 aprobó la Carta Democrática
Interamericana que determina que “Los pueblos de América tienen derecho a la
democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla. La
democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de los
pueblos de las Américas”.
La Carta Democrática Interamericana es un “tratado
constitutivo” obligatorio para todos los Estados Miembros, no es una
declaración de intenciones y menos un instrumento de cumplimiento voluntario u
optativo, es mandatorio. Entre las obligaciones que determina están los
elementos esenciales de la democracia: “el respeto a los derechos humanos y las
libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al
estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y
basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del
pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la
separación e independencia de los poderes públicos”.
Además de la Carta Democrática, el sistema jurídico
internacional establece otras obligaciones como las determinadas por la
Organización de las Naciones Unidas que establece la paz y el respeto a los
derechos humanos como obligaciones jurídicas internacionales. La Declaración
Universal de los Derechos Humanos convertida en tratado mandatorio en las
Américas con el Pacto de San José o Convención Americana sobre Derechos Humanos
que establece como obligaciones la protección del derecho a la vida, la
integridad personal, la propiedad, la libre expresión, la libre asociación, el
derecho de reunión la igualdad ante la ley, la prohibición de esclavitud y mas.
El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional
establece competencia para “crímenes de lesa humanidad” definiendo como tal
cualquier “ataque generalizado o sistemático contra una población civil y
detallando el “asesinato, exterminio, esclavitud, la deportación…la
encarcelación u otra privación grave de libertad física en violación de normas
fundamentales de derecho internacional, la tortura, la violación y esclavitud
sexual…la persecución de un grupo o colectividad fundada en motivos
políticos…la desaparición forzada de personas…”
La Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia
organizada trasnacional o Convención de Palermo define como “grupo delictivo
organizado un grupo estructurado de tres o más personas que exista durante
cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más
delitos graves o delitos tipificados con arreglo a la presente Convención con
miras a obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro
beneficio de orden material”.
Son todas estas normas obligatorias y más las que los
lideres y gobiernos democráticos de las Américas y el mundo no están cumpliendo
respecto a las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua. Delitos
flagrantes y hechos notorios lo demuestran, los pueblos y la opinión pública lo
reclaman, pero la impunidad es la norma y los dictadores siguen en los mismos
foros y manteniendo relaciones internacionales con los gobiernos democráticos.
Crisis humanitarias, migraciones forzadas, conspiraciones y
desestabilización de gobiernos democráticos, narcotráfico, terrorismo, apoyo a
la invasión de Rusia a Ucrania, presos políticos, tortura, masacres, exilio,
desconocimiento de nacionalidad… ¿¡Los lideres y gobiernos democráticos
necesitan algo más para cumplir las normas internacionales y cesar las
dictaduras del castrochavismo!?
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute
for Democracy
OPINION Y ANALISIS.
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