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    Ha fallecido en su rancho de California, según ha anunciado su marido en el perfil oficial de la actriz y cantante en Facebook.

     John Travolta a Olivia Newton-John: "Hiciste nuestras vidas mucho mejores"

     La última vez que Olivia Newton-John regresó intacta a la memoria de todos los que alguna vez tarareamos Summer Nights o You are the one that I want fue en 2017 cuando reveló que el cáncer que había sufrido por primera vez en 1992 se había extendido a su columna vertebral. Entonces también nos enteramos de que había tenido un segundo diagnóstico casi fatal en 2013, pero lo mantuvo en secreto. En ese momento sostuvo firme a quien quisiera escuchar que «ganaría». Y, ya puestos, pidió a quien correspondiera de su Australia natal que permitiera el uso medicinal de la marihuana. Combativa y comprometida. Ayer, la actriz que encarnara a Sandy para siempre murió en California a los 73 años.

    Se hacía raro ver pelear por la vida de esa manera, a la vez desesperada, sincera y brutal, a quien de alguna forma había encarnado como nadie quizá todo lo contrario. Su papel de Sandy en Grease era esencialmente un canto diáfano y solar a todo lo banal, lo lúdico, lo conmovedoramente intrascendente. Y quizá en ese contraste, Olivia Newton-John encontró el verdadero sentido de, admitámoslo, su propio mito, su mito trágico.

    Nadie que viera en 1978 y en cualquiera de los años sucesivos, y en cualquiera de sus formas y escenarios, la historia ideada por Bronte Woodard sobre la música de Jim Jacobs y Warren Casey quedó indemne. Los hubo que abrazaron la película como una revelación. De repente, un canto a la juventud, o última adolescencia, que se desvanece adquiría sin dobleces la dimensión de lo innegable, de lo único, de lo compartido. Todos quisimos ser Danny, Sandy o, dado el caso, Rizzo. Los hubo que prefirieron quedarse con el placer culpable de presenciar la cara B de todas las fábulas oscuras que inundaron el cine desde que Nicholas Ray filmara Rebelde sin causa en 1955. La película convertía en mitología iluminada el espacio sagrado de ese instante en el que todo tiene sentido. Pese a todo, pese a las dudas, pese a las incertezas, pese al miedo, pese a la soledad. Pese a la lejana posibilidad de cualquier cáncer.

    Cuando se le ofreció el papel principal junto a un John Travolta eléctrico y ya casi cerca de la divinidad en los setenta, la primera reacción de la cantante de éxito que ya era fue rechazar el papel. No se veía haciendo de jovencita a sus 29 años. Hubo que cambiar desde el guion hasta su marcado acento australiano para que todo cuadrara, para que la transformación de Cenicienta al revés, de modosa princesa sumisa a macarra resuelta y empoderada, tuviera efecto. Y así fue.

    Grease fue el mayor éxito de taquilla del año y el álbum con la banda sonora pasó 12 semanas consecutivas en el número 1. La actuación de Newton-John fue nominada a los Globos de Oro. Cuando en la gala de los Oscar, subió al escenario a interpretar Hopeless devoted to you ya nada volvería a ser igual. La Olivia Newton-John que hasta había participado en Eurovisión cuando ABBA lo conquistó con Waterloo; la Olivia Newton-John de If you love me, let me know; la Olivia Newton-John que convirtió a I honestly love you en la mayor atracción del Billboard del momento... Todas esas Olivias que con tanto empeño recuerdan los obituarios desaparecieron. Olivia fue por siempre Sandy. ¡Oh Sandy! No en balde, la banda sonora de Grease sigue siendo una de las 10 más vendidas de todos los tiempos.

    Nacida en Cambridge, Inglaterra, en 1948, Newton-John y su familia emigraron a Melbourne, Australia, cuando ella tenía seis años. Su padre era un oficial del MI5 que trabajó en el célebre y decisivo proyecto Enigma durante la guerra y su abuelo materno fue el físico ganador del premio Nobel Max Born, quien buscó exiliarse en el Reino Unido de la Alemania nazi en vísperas de la Segunda Guerra Mundial.

    A los 14, Newton-John comenzó su carrera como cantante profesional. A los 17 ganó un concurso para nuevos talentos cuyo premio consistía en un viaje a Inglaterra. Allí tuvo lugar su presentación artística junto a su compañera de viaje Pat Carbol, pero el dúo hubo de disolverse al caducar el permiso de residencia de Pat en el Reino Unido.

    Tras su breve paso por el grupo Tomorrow (creado a imagen y semejanza de los norteamericanos The Archies para una serie sin éxito de la televisión británica), se dio a conocer internacionalmente en 1971 con el álbum en solitario, If Not For You. Consiguió un Grammy con Banks of The Ohio y, tras una larga gira con Cliff Richard, presentó su propia serie de televisión. Let me be there sería su tercer gran éxito, respaldado con un Grammy a la mejor intérprete country.

    Y así, hasta que llegó Grease para cambiarlo todo. La transformación que sufre su personaje en la película de Randall Kleiser desde la más relamida mojigatería al cuero negro ajustado se trasladó punto por punto a su carrera que culminó en su álbum Physical de 1981. En lo que respecta al cine, lo intentó primero en Xanadú y luego otra vez con su amigo Travolta en Tal para cual. Las dos, admitámoslo, fracasaron, pero a quién le importa. En verdad, ya había ganado. Dijo que ganaría y ya había ganado.

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    Agencias.

    ANN Noticias.