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    Liberada de la presión indebida que ejercía el anterior gobierno sobre ella, la justicia boliviana liberó a Samuel Doria Medina del arraigo de tres años que pesaba sobre él por su procesamiento en el caso FOCAS. 

    “Me quitaron el arraigo que sufría por un juicio sin pies ni cabeza. Tomaron en cuenta que nunca había fallado a una sola audiencia y que nunca me habían dado un mandamiento de apremio por ninguna razón, y que siempre había vuelto de mis viajes al extranjero, en los plazos acordados con la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia. Si antes se había mantenido el arraigo pese a mis solicitudes de suspensión del mismo, fue solamente porque el gobierno del MAS quería sancionarme por pensar diferente y por oponerme a su autoritarismo, a la corrupción y a la reelección”, dijo Doria Medina a la prensa. 

    Entre este caso y otro previo que terminó extinguiéndose, el líder político pasó cinco años arraigado por órdenes del anterior gobierno, a raíz de sus constantes denuncias y críticas a este. Por ejemplo, el caso FOCAS se instituyó inmediatamente después y en respuesta a una investigación de Doria Medina sobre el programa Evo Cumple. “Este juicio es una venganza. He estado arraigado por razones políticas”, dijo Samuel en la audiencia que le suspendió la medida cautelar. 

    Durante este largo tiempo, dicha medida le impidió asistir al entierro de su hermana, entre otros compromisos personales, y también cumplir plenamente sus deberes laborales, lo que le causó perjuicios personales y económicos. 

    “Me alegro de que las injusticias del MAS estén acabando. Espero que en el futuro logremos institucionalizar la justicia y que, a partir de este momento, ningún boliviano sufra de abuso o exceso judicial alguno”, concluyó Doria Medina.

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    Sucre.

    ANN BOLIVIA.